POR PRIMERA VEZ QUIERO SUDAR

POR PRIMERA VEZ QUIERO SUDAR

 ESCRITORA: JULIANA ABAÚNZA

FOTOGRAFÍA: VICTORIA HOLGUIN

En el colegio, me llegó la menstruación por primera vez a los 12 años. A esa edad, entre los 12 y los 13, empecé a “desarrollarme”, como decimos comúnmente (aunque realmente siempre estamos en desarrollo, desde bebés hasta que morimos). Y con el desarrollo no solo llegó el periodo a mi vida, sino que también tuve que darle la bienvenida a cosas como vellos nuevos en lugares donde nunca había tenido vellos y olores hasta entonces desconocidos que venían de lugares de mi cuerpo que nunca habían tenido olor.

En esos años de cuerpo que cambia y de tantas novedades, es difícil saber exactamente qué hacer. ¿Me depilo o no me depilo? ¿Si sí, con qué me depilo? ¿Cera o cuchilla? ¿Este olor es normal o anormal? ¿Qué me echo, talcos, desodorante o leche de magnesia? ¿Nada? Fue una época confusa y yo trataba de resolver todas mis dudas sola, sin preguntarle a nadie. Y como siempre que trato de resolver las cosas sola, sin ayuda, cometí varios errores de los que aprendí.

Y uno de esos errores es una experiencia que me marcó. Un día que estaba en el
colegio, empecé a sentir que de mis axilas salía un olor como a cebolla. Era potente.
No se podía disimular. Traté de solucionarlo lavando mis axilas, pero ya la camisa del uniforme estaba impregnada del olor. Pasé toda la jornada achantada, tratando de no moverme y de que ninguna de mis amigas se me acercara. Pero después de unas horas, un chico del salón empezó a hacer chistes en voz alta, diciendo que *alguien* olía a cebolla y él y sus amigos se reían.

Eso es lo más parecido a bullying que tuve en el colegio, fui una persona muy afortunada… pero me marcó. Le lloré a mi mejor amiga y cuando llegué a mi casa juré que nunca más mis axilas olerían horrible. Y fue así como empezaron años de usar desodorantes y antitranspirantes agresivos, que prometían ACABAR, ANIQUILAR, ELIMINAR los malos olores y el sudor. Fue así, entonces, como empecé una relación negativa con la piel de mis axilas que duró por muchos años. ¿Olor que se asomaba? Olor que debía ser eliminado. ¿Pelo que empezaba a crecer? Pelo que era arrancado. Quería que mis axilas fueran zonas blancas, calvas, sin olor, sin nada. Axilas de Barbie.

Tuvieron que pasar casi 20 años para que cambiara mi forma de ver esta relación. Y este cambio lo relaciono mucho con el cambio de perspectiva que también empecé a tener con la piel de mi cara y con mi pelo. Durante años, desde los 13 hasta los 27, tuve acné y durante años me restregué la cara con jabones, cremas, geles y cuanto menjurje agresivo existiera, porque quería ACABAR, ANIQUILAR, ELIMINAR el acné. Lo mismo pasaba con mi pelo, que siempre ha sido grasoso en la raíz. Usé durante muchos años champús cargados de ingredientes que prometían ACABAR, ANIQUILAR, ELIMINAR la grasa.

FOTOGRAFÍA: VICTORIA HOLGUIN

Después de décadas así, lidiando con lo que me incomodaba (el olor de las axilas, el sudor, el acné, la grasa del cuero cabelludo) de formas agresivas e impulsada por la vergüenza y la rabia, cambié mi forma de verme. Empecé un tratamiento para el acné hace varios años que me ayudó a entender las causas hormonales de mi acné y aprendí que usar productos agresivos y cáusticos en la piel, solo la hiere más. Y aprendí también que lavar el pelo todos los días y usar champús que resecan el cuero cabelludo, solo termina provocando que el cuerpo produzca más grasa para compensar. Fue así como empecé a cuidar mi cuerpo en lugar de tratar de batallar contra él. Empecé a usar productos más amables conmigo y con el planeta en el que vivimos.

Y fue así como, después de haber hecho el cambio con la piel de mi cara y con mi pelo, hice también el cambio de actitud con mis axilas. Conocí a Sher Herrera hace 3 años y nos hicimos amigas. Y cuando empezó a hacer desodorantes naturales en Nūba Natural, pensé: “bueno, ¿por qué no problarlos?”. Yo había intentado un par de veces con desodorantes naturales, pero no me había gustado el resultado, me hacían oler horrible y tenía flashbacks a ese momento que me marcó en el colegio. Entonces cuando probé los de Nūba, fue con escepticismo. Pero no estaría acá escribiendo si no me hubieran hecho cambiar de opinión.

Me enamoré del desodorante de lote especial, el que no tiene olor. He probado los
otros dos, el de mandarina y el de carbón activado, y aunque me gustan también, mi
favorito es el especial porque siento que por primera vez mis axilas huelen a mí y no a cebolla ni a lo que personas de conglomerados farmacéuticos creen que deben oler las axilas. Llevo ya más de un año usándolo y no lo quiero cambiar por ningún otro.

DESODORANTE SIN AROMA 

FOTOGRAFÍA DE ARCHIVO DE LA MARCA

Creo que por fin entendí a mis axilas y ahora las veo de otra manera, así como logré hacerlo con mi cara y con mi pelo. Entendí que la piel de las axilas y las glándulas que allí se alojan son maravillosas. Entendí que el proceso de sudoración es uno de los más importantes del cuerpo humano porque nos ayuda a regular la temperatura y a eliminar lo que nuestro cuerpo no necesita y que cualquier producto que prometa obstruir o eliminar ese proceso tan importante, debe tener algo dañino. Entendí que, en lugar de luchar contra el sudor y el mal olor, lo que debo intentar hacer es entender a mi cuerpo y a las señales que me está dando. Entendí que en lugar de tratar de ACABAR, ANIQUILAR, ELIMINAR algo que no me gusta (como el mal olor), lo que debo hacer es darle un espacio y descubrir lo que sí está allí (mi olor natural). Entendí que si trato a mi cuerpo y a mi piel con cuidado, amor y compasión, sufriré menos.

Entonces, esta es una invitación de alguien que durante muchos años dijo en voz alta que nunca usaría desodorantes naturales, alguien que se habría untado hasta gasolina en las axilas para acabar con lo indeseado, alguien que nunca pensó que podría llegar un día en el que un desodorante natural la reconciliara con su pasado: anímense a probarlo. Vale la pena.

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2 comentarios

Vivo en Bogotá, soy una mujer afro y no he probado aún ningún producto nuba, (tengo un montón de productos parecidos de otra marca y debo terminarlos). Pero adoro el contenido digital que produce Sher; los productos son soñados y deseo con todas mis fuerzas que se convierta nuba natural, en una marca de referencia en su categoría de mercado.

Juliana

Me encanta ofrecerles el mejor contenido. Gracias por leernos. 🙏🏽🙏🏽🙏🏽

Sher

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